"Un tesoro para compartir"
El elemento más preciado del tesoro es el primado de Dios en nuestra vida.
Nuestro tesoro es la Buena Noticia de Dios con un carácter absoluto... "Amarás a Dios con todo tu corazón".
Poner a Dios en primer lugar es válido para todo cristiano; el monje encuentra en la tradición una forma de vida que le posibilita centrarse en esta búsqueda.
Nuestra primera vocación es ser llamados a la existencia.
Después llamados a ser imagen de Dios: a participar del abismo de Dios que nos sobrepasa de tal manera que no nos debieran asustar las dificultades.
También somos llamados a escuchar la Palabra de Dios en silencio.
Somos en cuanto que nos recibimos de otro, en cuanto que somos hijos y dependientes de Dios.
Si Dios es misterio, la persona lo es igualmente: aprender a amar a quien Dios ama es aprender a amar al otro.
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