Albergue de Peregrinos

León, Camino de Santiago y Albergue de Peregrinos

Interior del Albergue
Entrada al Albergue
Todos los años al final del invierno, en cuanto el tiempo comienza a mejorar, vienen al Monasterio miles de personas que hacen el Camino de Santiago. Andando, en bicicleta, a lomos de caballería, en coche, en autobús... Muchas vienen solas, otras en grandes grupos. Algunos solamente hacen el Camino por turismo; otros por ver el arte y la arquitectura o por disfrutar de la soledad y la naturaleza y algunos otros por motivos más relacionados con lo espiritual : para cumplir una promesa, para encontrarse a sí mismos, para reflexionar sobre su vida, para buscar a Dios... 

   
La Cruz del Ferro
Pero todos hacen el Camino, todos experimentan la fatiga -sobre todo los que van a pie-, la soledad, la naturaleza. Todos encuentran en el Camino, aunque no lo busquen, ocasión de interiorizarse y oportunidad de elevar su corazón a lo Trascendente. El Camino provoca en la vida de muchos un antes y un después, exactamente igual que en los siglos pasados. Los peregrinos, como entonces, son al mismo tiempo buscadores  y portadores de bendiciones y de gracias, no en vano siempre se les consideró sagrados e inviolables -aún lo son- y se les acogió con respeto y con agrado.

  
Encuentro de Hospitaleros Voluntarios
Aunque el Monasterio acogió a peregrinos desde tiempo inmemorial como manda nuestra Regla de San Benito, pero hace ya más de 20 años que cedimos para instalar un Albergue de Peregrinos -el único que durante años hubo en León-, en unas dependencias que nos habían quedado vacías al  reducirse el número de niños que teníamos en el colegio, que años más tarde hubo que cerrar y que transformamos en la Hospedería Monástica que hoy contribuye también a la acogida de los peregrinos. Nuestro trabajo acogiendo a los peregrinos con los años ha producido frutos que no buscábamos, pero que han sido muy bienvenidos : la profesión monástica de dos monjas, Petri y Klàra, que inicialmente llegaron al Monasterio como Hospitaleras Voluntarias.


Día de Santiago en el Albergue
Una monja en el Camino





 El albergue lo atendemos nosotras con la ayuda de Hospitaleros Voluntarios y a los peregrinos se les recibe con cariño, se les instala en el Albergue y se les ayuda en todo lo material que necesitan, incluso dándoles el desayuno por la mañana antes de salir. A quienes lo desean les invitamos a participar en nuestra Liturgia, generalmente las Vísperas y/o la Misa, y especialmente a la última oración del día Monástico, las Completas, al final de las cuales la Madre Abadesa imparte la Bendición del peregrino y algunos se quedan uno o varios días para hacer retiro espiritual. Si nos lo piden, les acompañamos espiritualmente y les facilitamos el acceso permanente a la Iglesia. Si nos dejan su correo electrónico, procuramos escribir a todos los peregrinos a su regreso a casa para ofrecerles nuestra presencia y nuestra ayuda espiritual por medio de la web del Monasterio y de éste blog.






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