domingo, 17 de febrero de 2013

Algunas luces sobre el DIM.......



Queridos amigos: Me gustaría aportaros alguna luz sobre el sentido del  Diálogo Interreligioso y este encuentro que se ha organizado para que os animéis a conocerlo y si podéis participar en él.

"El diálogo interreligioso forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia", lo afirmaba Juan Pablo II encíclicaRedemptoris Missio. Y también: "Todos los fieles y las comunidades cristianas están llamados a practicar el diálogo, aunque no al mismo nivel ni de la misma forma”1 El diálogo interreligioso, pues, es una de las dimensiones de la vida de la Iglesia del Concilio Vaticano II, que todos -cada uno de la manera que le sea propia- podemos hacer bien nuestra.  "Todo lo que puede servir para la edificación, todo lo que puede ayudar a alcanzar mentalmente las raíces de la experiencia del otro y el punto desde donde ha partido, para recorrer mentalmente su camino a la luz de Cristo, todo esto puede formar parte de un diálogo fecundo"
"A un nivel más profundo, unos hombres arraigados en sus respectivas tradiciones religiosas pueden compartir sus experiencias de oración, de contemplación, de fe y de compromiso, expresiones y caminos de búsqueda del Absoluto. Esta forma de diálogo es un enriquecimiento mutuo y una cooperación fecunda para promover y proteger los valores y las finalidades espirituales más elevadas de la persona.  El diálogo interreligioso conduce naturalmente a comunicarse unos a otros las razones de su propia fe y no pararse ante las diferencias, alguna vez profundas, sino que se somete, con humildad y confianza, a Dios "que es más grande que nuestro corazón.”. Así el cristiano tiene una ocasión de ofrecer al otro la posibilidad de conocer, de una manera vivida, los valores del Evangelio."2



Como conclusión de una estancia de monjes zen en monasterios benedictinos, el papa Juan Pablo II se dirigió a los discípulos de San Benito en estos términos: “Vuestra contribución específica al diálogo interreligioso no consiste solamente en el hecho de mantener un diálogo explícito, ya que vuestra vida es sobre todo una vida consagrada al silencio, a la oración y el testimonio de una vida de comunidad, pero es mucho lo que podéis hacer mediante la hospitalidad para promover un encuentro espiritual profundo. Abriendo vuestras casas y vuestros corazones, tal como lo habéis hecho estos días, seguís bien la tradición de vuestro Padre San Benito. A vuestros hermanos monjes venidos de otros horizontes y de una tradición religiosa muy diferente, les aplicáis el hermoso capítulo de su Regla que se refiere al acogimiento de los huéspedes como a Cristo en persona”

A los monjes nos encargó esta misión el Papa pablo VI, pero no sólo los monjes, también todos los laicos están llamados a participar en el gran movimiento dialogal que irriga cada vez más el cuerpo de la Iglesia. Y cuando estos dos dinamismos se conjugan, pueden crear una corriente de vida muy intensa en el interior de la comunidad cristiana. Este encuentro monjes-laicos provoca, en efecto, una estimulación recíproca en la que el diálogo es invitado a profundizar en la oración y en el que la contemplación está llamada a ensancharse para la práctica del diálogo.

Queriendo aportar nuestro "granito de arena", la comisión DIM Ibérica, ( Diálogo Interreligioso Monástico de España y Portugal), convoca el próximo encuentro que os hemos ofrecido, Forma parte de la Comisión del DIM Europeo, dependiente a su vez del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Ha celebrado ya sus 25 años y tenemos un encuentro anual en el que ofrecemos a los laicos la posibilidad de formarse en este campo y de conocer otras espiritualidades. Suelen acudir bastantes personas, y este año probablemente nos acompañe D. Manuel barrios el encargado d de la Conferencia Episcopal Española para el diálogo Interreligioso. Se ha mostrado muy interesado en acudir. Siempre han sido muy enriquecedoras estas reuniones.

Nuestro gran papa Benedicto ha considerado este tema prioritario en su pontificado y sus últimas palabras publicadas hace unos días son " Una de las culpas más graves que ensucian el rostro de la Iglesia es la división en ella y la falta de diálogo" Y da dos reglas para este diálogo Interreligioso: "El diálogo no se dirige a la conversión sino a la comprensión, ambas partes permanecen conscientes de su propia identidad, que no ponen en cuestión en el diálogo, ni para ellas ni para los otros"
Y termina así "Las grandes cosas comienzan siempre con un granito".

Un abrazo para todos. Sor Ernestina

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