Merce.
A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mio, en ti confío; no quede yo defraudado; que no triunfen de mi mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados.
Sl. 24
Desde nuestra vocación de ser monja benedictina te acogemos a ti, peregrino del Espíritu, quien quiera que seas, si te gustan las palabras troqueladas en el silencio, pacíficas y pacificadoras... Te ofrecemos oraciones y acompañamiento espiritual
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