sábado, 7 de diciembre de 2013

Las monjas cantamos el Himno de Adviento : Rorate Caeli



Destilad, cielos, como rocío de lo alto,
derramad, nubes, la victoria.
Ábrase la tierra
y produzca salvación.
Yo, Yahvé, lo he creado.

Traducción de la Biblia de Jerusalén
Is 45, 8



Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.
No te enojes Señor,
no te acuerdes más de nuestra maldad.
La ciudad del Santo está desierta;
Sión ha quedado arrasada,
Jerusalén, desolada,
la casa de tu santidad y tu gloria,
donde te alabaron nuestros padres.


Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.


Hemos pecado y estamos manchados.
Hemos caído como las hojas
y nuestras maldades nos arrastraron como el viento.
Nos escondiste tu rostro
y nos dejaste con nuestra iniquidad.


 Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.


Mira, Señor, la aflicción de tu pueblo
y envía al Prometido:
envíanos al Cordero que rige la Tierra,
desde el desierto de Petra
hasta el monte de la hija de Sión,
para que rompa el yugo de nuestra esclavitud.


 Destilad, cielos, el rocío;
lloved, nubes, al Justo.


Consuélate, pueblo mio, consuélate,
que pronto llegará tu salvación;
¿Por qué te consumes de tristeza?
¿Por qué se renueva tu dolor?
Te salvaré, no temas:
yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu redentor.

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