sábado, 5 de febrero de 2011

¿Qué esperamos del acompañamiento monástico?

El acompañamiento es sobre todo un estímulo para abrir y dilatar el corazón y poder acoger la Palabra de Dios y poder hacerla nuestra. Que se haga posible verbalizar nuestros sentimientos más íntimos sin que nadie se asuste, y que practiquemos la paciencia y la espera.
En la tradición monástica siempre ocurre que es el discípulo que se pone en búsqueda del maestro para pedirle una palabra de salvación. Si no hay discípulo no hay maestro, pues pidamos al Señor ser buenos discípulos para que tengan su función los buenos maestros.

¿Qué esperamos de nuestra acompañante espiritual?

¿Cómo ejercemos este ministerio y cómo lo favorecemos y promocionamos?


Las participantes opinaron:

- Valoramos la ayuda de conocimientos en el campo de la psicología, pero una maestra espiritual no es un terapeuta.
- Necesitamos una persona que nos acompañe integralmente.
- La figura del acompañante no es exclusiva de la abadesa, San Benito habla del anciano espiritual como persona experimentada y sabia.
- El proceso debe desarrollarse con libertad, sin acaparar a las personas ni buscando dependencias.
- Siempre buscando la gratuidad teniendo en cuenta el buen celo.
- No esperar recetas ni soluciones extraordinarias.
- Saber que la acompañante es fiel a su abadesa y que sólo intenta sacar lo mejor de mi misma.
- Que nos contagie el ver a la acompañante como entusiasta en el seguimiento de Cristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escríbenos y dinos qué opinas de la entrada