Ser monja

Pruebas para seguir la vocación de monja


Toma de hábito de una monja
...Cuando trataba de hablar de mi vocación de monja carmelita siempre encontraba oposición. Mi hermana mayor, María, me decía que todavía era demasiado joven para pensar en eso. Paulina me recomendaba que frenara tan exagerados entusiasmos. Si yo no hubiera tenido verdadera vocación para religiosa me habría desanimado al encontrarme con tantas contradicciones.

A Celina no me había atrevido a comunicarle mi deseo de entrar en el convento para no hacerla sufrir pero al final ella lo supo por otros medios, y en vez de oponerse aceptó este sacrificio lo cual le costaba de verdad porque las dos parecíamos tener una misma alma y durante varios meses llevábamos una vida totalmente feliz en nuestro hogar. Ella ya era mayor y habría merecido ser llamada antes a la vida religiosa. Pero Dios la deja en el hogar para que pudiera atender la enfermedad que le habría de llegar a nuestro padre.

la noticia para el papá
29 de mayo de 1897
No hallaba cómo comunicarle mi decisión a mi queridísimo papá. ¿Cómo decirle que su amada "reinecita" se quería ir de religiosa si yo otras tres hijas estaban en el convento? ¡Cuántas luchas íntimas tuve que sufrir antes de atreverme a hablarle!

Al fin me decidí a hacerlo. Apenas habían pasado seis meses desde la noche feliz de Navidad en la cual recibí la Gracia de mi conversión. Para comunicarle a mi padre mi gran confidencia escogí el día de Pentecostés, la Fiesta del Espíritu Santo. Todo el día estuve suplicándole a la Virgen ...



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