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viernes, 25 de febrero de 2011
Capítulo 16 de la Regla de San Benito: CÓMO HAN DE CELEBRARSE LOS OFICIOS DIVINOS DURANTE EL DÍA por Sor Mercedes Díaz
Capítulo 16:
Dice el Profeta: “Siete veces al día te alabé”. 2 Nosotros observaremos este sagrado número septenario, si cumplimos los oficios de nuestro servicio en Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas, 3 porque de estas horas del día se dijo: “Siete veces al día te alabé”. 4 Pues de las Vigilias nocturnas dijo el mismo Profeta: “A media noche me levantaba para darte gracias”.
5 Ofrezcamos, entonces, alabanzas a nuestro Creador “por los juicios de su justicia”, en estos tiempos, esto es, en Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas, y levantémonos por la noche para darle gracias.
COMENTARIO
“Siete veces al día te alabo y a medianoche me levanto para darte gracias”
San Benito dispone el Oficio Divino según el salmo 118. Alabar a Dios en Maitines es el primero de los Oficios en la jornada monástica. Este primer encuentro del día con el Señor tiene para mí una importancia singular. En la penumbra y silencio de las más tempranas horas del día, lejos de la agitación del mundo, se establece una relación más íntima con Dios, que no es visible pero cuya presencia se puede sentir como un manantial de agua viva.
La “huida” que hace el monje del mundo es clave para la vida monástica. Separado de todos, el monje vive unido a todos en la oración y la alabanza.
Para la búsqueda de Dios San Benito ofrece dos medios: la oración y el trabajo. Todo el trabajo debe estar orientado para seguir buscando a Dios, toda la vida del monje es una Liturgia.
El Oficio Divino es prefiguración de la vida eterna. Con la memoria de lo visible (como el pan, el vino, el incienso, el canto, la luz de los cirios…) experimento la belleza y grandeza del Universo Invisible.
Cuando algunas veces me han dicho “no sirves para nada, ¿qué haces tanto tiempo al día cantando a Dios?, no haces nada.”
Es la mejor felicitación que me pueden ofrecer. No sirvo para algo, sino que sirvo a alguien, sirvo a Dios.
Sor Mercedes Díaz García (Novicia)
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Inn! Alabado sea!
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