Postulantado
Es una etapa decisiva, se ha dado un paso fundamental, y por eso las propuestas deben ser mucho más explícitas.
El papel de la maestra es muy importante en su aceptación incondicional de la persona, a la que se aprecia de corazón, condición indispensable para motivar al cambio y al crecimiento. El postulantado es un tiempo de prueba, pero es muy importante hacer la transición de la vida secular al noviciado. Durante este tiempo Madre Blanca es partidaria de hacer un cese total del uso de los medios de comunicación con la finalidad de adquirir libertad interior. También es importante ayudar a la candidata en el proceso de aceptación de su propia incoherencia y debilidad. Esta vulnerabilidad también se descubre en las hermanas de comunidad. Bien encauzada es fuente de aceptación del Misterio de Encarnación y de las mediaciones humanas. Experiencia genuina de que ¡Todas estamos en camino!
Otro aspecto importante, es ayudar a verbalizar los miedos para ponerles nombre, y personalizar todo lo que se está intentando asimilar. La calidez en la relación de ayuda no significa vaciar los contenidos o disminuir la exigencia evangélica. A este respecto recordemos las palabras de San Benito: “Pondérenle de antemano todas las cosas duras y ásperas por las cuales se va a Dios” RB 58,8. Madre Blanca recuerda que los criterios de discernimiento que SB nos ofrece en el Cáp. 58 no han perdido su validez en el S.XXI.
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